Este es un libro trepidante, que no deja indiferente al lector. El genial autor de libros de suspense científico, si se puede llamar así, nos sumerge en una trama de ambiente hospitalario
Sinopsis del libro:
Para Laura Montgomery, la vida ha entrado en una dinámica monótona. Es cierto que su trabajo como patólogo forense le apasiona, que trabaja con un equipo de profesionales competentes y que entre éstos se encuentra Jack Stapleton, con quién comparte su vida desde hace cuatro años. No obstante, Laurie es consciente de que a sus cuarenta años, sigue acostándose con un hombre reacio a comprometerse, y que pronto será tarde para que su anhelo de ser madre se cumpla.
Sin embargo, los nuevos casos que se presentan en el depósito obligan a Laurie a concentrarse en su trabajo. Ese día debe practicar la autopsia de un joven sin antecedentes de problemas cardíacos que ha muerto víctima de un infarto mientras estaba ingresado en el Manhattan General de Nueva York. Al cabo de poco, una mujer que se recuperaba de una intervención rutinaria de rodilla muere en el mismo centro, también de forma repentina.
Las autopsias no arrojan resultados que expliquen ninguna de las dos muertes, aunque hay un dato que Laurie no ha pasado por alto: ambas se habían sometido a un análisis genético obligatorio a cargo de su mutua de salud, cuyo resultados señalan que poseían un marcador de un gen mutado. Lo que podría no haber sido más que simple casualidad adquiere siniestras proporciones a medida que se producen nuevas muertes en similares circunstancias, y Laurie descubre horrorizada que todas las víctimas son portadoras del mismo gen. A partir de ahí se suceden una serie de muertes inexplicables en el Hospital más grande de Nueva York.
Audaz, inquietante, esta novela arroja una mirada distinta sobre las oscuras relaciones entre salud y negocios y sus aplicaciones a la medicina, y es una muestra más del talento de Robin Cook para la intriga científica.
¿Me dejas recomendártelo para tus lecturas de verano?
Sinopsis del libro:
Para Laura Montgomery, la vida ha entrado en una dinámica monótona. Es cierto que su trabajo como patólogo forense le apasiona, que trabaja con un equipo de profesionales competentes y que entre éstos se encuentra Jack Stapleton, con quién comparte su vida desde hace cuatro años. No obstante, Laurie es consciente de que a sus cuarenta años, sigue acostándose con un hombre reacio a comprometerse, y que pronto será tarde para que su anhelo de ser madre se cumpla.
Sin embargo, los nuevos casos que se presentan en el depósito obligan a Laurie a concentrarse en su trabajo. Ese día debe practicar la autopsia de un joven sin antecedentes de problemas cardíacos que ha muerto víctima de un infarto mientras estaba ingresado en el Manhattan General de Nueva York. Al cabo de poco, una mujer que se recuperaba de una intervención rutinaria de rodilla muere en el mismo centro, también de forma repentina.
Las autopsias no arrojan resultados que expliquen ninguna de las dos muertes, aunque hay un dato que Laurie no ha pasado por alto: ambas se habían sometido a un análisis genético obligatorio a cargo de su mutua de salud, cuyo resultados señalan que poseían un marcador de un gen mutado. Lo que podría no haber sido más que simple casualidad adquiere siniestras proporciones a medida que se producen nuevas muertes en similares circunstancias, y Laurie descubre horrorizada que todas las víctimas son portadoras del mismo gen. A partir de ahí se suceden una serie de muertes inexplicables en el Hospital más grande de Nueva York.
Audaz, inquietante, esta novela arroja una mirada distinta sobre las oscuras relaciones entre salud y negocios y sus aplicaciones a la medicina, y es una muestra más del talento de Robin Cook para la intriga científica.
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4 comentarios:
Ese se lo ha leido mi hermana... pero no se si lo tiene aun... Ya le preguntare!!! Jajaja!!!
Un besitooo
Tuve mi etapa Robin Cook, me leí todos sus libros... pero al final dejaban de sorprenderme. Hace bastante de eso, así que, lo mismo es un buen momento para tratar de sorprenderme otra vez.
(Recuerdo que cuando leía a Cook, también me leí todo Crichton, Koontz y mucho de Grisham, y salvo el terror de Koontz, los demás resultaron al final demasiado best sellers y demasiado parecidos - salvando las enormes distancias argumentales)
todavía tengo pendiente el de cometas en el cielo ( era asi no?)
Pero lo tendré en cuenta, que todavia me queda alguno de mortadelo y filemon.
besos
ooohh me entusiasmo lo voy a conseguir (para mis lecturas de invierno por este lado grrgrgr que frío)
un abrazo
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